Un punto de agricultura

Las excelentes condiciones de orden climático y ecológico que tiene nuestro país, bendecido por Dios y la naturaleza, han permitido que pequeños, medianos y grandes productores desarrollen la explotación de bananos, de una manera que podemos calificarla de democrática en diez provincias del país, que aseguran la posibilidad de abastecer de la demanda mundial los 365 días del año. Esto constituye una fuente de trabajo y de ingresos para miles de familias tanto del campo como de la ciudad, que laboran en las diferentes actividades, que van desde la siembra, como el manejo y control fitosanitario de las plantaciones, llegando al corte y traslado de la fruta a las empacadoras, donde recibe el tratamiento previo al embalaje y traslado a los puertos de embarque.

Producto de este trabajo, donde laboran unas ochocientas mil cabezas de familia, manejando doscientas mil hectáreas de bananos sembradas en el país, estamos en capacidad  de abastecer al mundo, con una fruta de óptima calidad, casi orgánica  muy superior a la que ofrece la competencia, que se la puede calificar de orgánica, por el uso de bajos niveles de agroquímicos para combatir enfermedades, como la sigatoka negra, insectos y parásitos, por el bajo uso de agroquímicos.

Pero mantener el liderazgo en el comercio mundial de la fruta, constituye un reto de todos los años calendario, para productores, exportadores. Es importante destacar que por cuatro décadas, el desaparecido Programa Nacional del Banano fue el organismo encargado de aplicar y ejecutar las políticas y normas técnicas, planes de investigación y obras de infraestructura, buscando optimizar la producción y productividad de la fruta, así como también el control de los precios y calidad, sustentado su accionar en el conocimiento y análisis de una información veraz y oportuna recabada por sus técnicos.

Es muy importante, resaltar la solidez de la actividad bananera, en el contexto de la economía del país, pues la exportación de la fruta, revisando el comportamiento histórico del comercio exterior , antes y después del boom petrolero, mantiene una posición gravitante, como un gran generador de divisas para el erario y de fuentes de empleo para el pueblo ecuatoriano, tanto del campo como de la ciudad, que es muy superior al de otros rubros productivos.

En la evolución de la economía ecuatoriana, las exportaciones de banano tienen un sitial preponderante, en consideración a qué, si bien el Producto Interno Bruto –PIB- cuantifica la riqueza de un país, generada en un determinado espacio de tiempo, es pues, en este contexto dónde se debe demostrar el resultado de todo un esfuerzo de producir y exportar, y la exportación de banano observa una curva de crecimiento en el PIB que va del 2,53 % al 6,74 % en 1999.

La importancia de nuestra industria bananera se evidencia más, al considerar la desaceleración en el crecimiento del PIB a causa de problemas en la producción y comercialización del petróleo, porque sus ventas y generación de divisas aportan al sostenimiento de la economía nacional. Igualmente y a pesar de que en 1990, por primera se destaca e incluye el rendimiento del Impuesto al Valor Agregado (IVA), sube la participación del banano y se ubica en el 4,37 %.

Ecuador desde 1952 es el primer exportador de bananos al mundo, con la única excepción de los años 1982 y 1983, cuando por efectos de un fenómeno natural, de El Niño, soportó el arrasamiento de gran parte de sus plantaciones, cediéndole este liderazgo a Costa Rica, segundo exportador a nivel mundial; pero en 1984 volvió a ocupar el liderazgo que lo mantiene, gracias a la forma de combinar los recursos de trabajo, técnica, inversión económica, administración y tierra.

El esfuerzo constante de productores y exportadores, por conservar el liderazgo en el mercado internacional del banano, se manifiesta en las iniciativas para ampliar,  recuperar y buscar nuevos mercados, lleva a quienes están involucrados en la tarea a definir políticas y delinear estrategias, orientando los canales de distribución para que impulsen estos propósitos de ampliar las ventas de la fruta, como la canasta de los países compradores.

En el período comprendido entre los años 1987 y 2000, el consumo mundial de bananos tuvo un bajo crecimiento, pese a lo cuál, las exportaciones de nuestra fruta registraron un repunte, con sustanciales cambios en los tradicionales niveles de exportación, como se desprende de las estadísticas dispersas en publicaciones especializadas, destacando que Ecuador vendió al mundo fruta, en volúmenes por encima de los dos millones de toneladas métricas.

Pero esto no se queda allí, y siguen creciendo las exportaciones de bananos desde Ecuador al mundo, convirtiéndose en el abastecedor de más del 25 por ciento de la demanda internacional, destacándose el año 1997, como el año de record histórico del país con 4 millones 456 mil 200 toneladas métricas, que representan el 39,45 % del consumo mundial y un ingreso en divisas al país, de un mil 327 millones 177 mil dólares, conforme a las estadísticas del Banco Central del Ecuador.